El ajo negro está cada vez más introducido en la gastronomía de nuestro país. Además, los beneficios del ajo negro se están popularizando cada vez más, gracias a sus aportaciones positivas para el organismo.
Se trata de una evolución del ajo blanco tradicional, que se somete a un proceso de temperatura y humedad constantes para cambiar tanto su textura como sus propiedades.
Su aroma suave y su textura blanda lo convierten en un producto ideal para cocinar.
El origen de este producto se encuentra en Japón, donde un científico ahumó un ajo blanco para suavizar su textura, olor y sabor. A raíz de este experimento, se empezó a comercializar el ajo negro de forma masiva en todos los países de Oriente.
Él, es un producto resultante de la fermentación natural del ajo blanco, que se lleva a cabo poniendo cabezas de ajo en cámaras estancas con una humedad y temperatura constantes durante aproximadamente un mes.
Después de esta fermentación, el ajo se deja reposar y oxidar durante 45 días más, hasta llegar a convertirse en el ajo negro que se comercializa.
Al comer ajo negro se aprecia un sabor profundo, pero mucho más suave que el del ajo blanco tradicional. Además, este producto deja en paladar una serie de notas dulces con reminiscencias a regaliz.
Se recomienda consumir entre 1 y 3 ajos negros por la mañana en ayunas. Pueden untarse en pan. Además, puede introducirse en la preparación de cualquier plato que deseemos.
Las propiedades del ajo negro y del ajo negro fermentado son múltiples. Además de antioxidante, es diurético y actúa como antiséptico y antibiótico. También ayuda a bajar la tensión arterial.
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