La chía ha sido un alimento tradicional en ciertas zonas de México desde hace siglos. Hasta hace poco, era un alimento poco conocido por el público en general. Pero, desde que se conocieron sus virtudes, esta semilla ha tomado las despensas de muchos hogares preocupados por la alimentación sana. Los beneficios de la chía justifican de sobra que se la considere un «superalimento»: tiene muchísima fibra, proteína, hierro, calcio y ácidos grasos omega 3.
¿Cómo tomar chía? Damos algunas sugerencias.
– Mezcladas con líquido. En general, se pueden usar con cualquier alimento húmedo. Cuando se mojan, las semillas de chía se hidratan y forman un gel. Por eso son tan saciantes. Se puede echar una cucharada de semillas en un vaso de agua, zumo, leche, batido, etc. Se espera unos 10 minutos y la bebida de chía estará lista para tomar. Un gran aporte de fibra.
Si incorporamos semillas de chía a un puré de frutas conseguiremos una semigelatina de postre en pocos minutos.
– Como ingrediente seco. Se pueden espolvorear en las ensaladas o usarlas como ingrediente al elaborar la vinagreta. Mezclada con queso crema, mermeladas o patés, pueden formar parte de cualquier tostada o bocadillo. También se pueden añadir al yogur y a los cereales del desayuno, o formar parte de un muesli casero.
– Cocidas. Molidas como harina o enteras, se pueden usar para hacer pan, bizcochos y postres. También podemos echarlas en guisos o rellenos. El gel ayudará a espesar salsas y a ligar la carne picada de albóndigas o hamburguesas.
Es importante tener cuidado con la cantidad utilizada. Por eso, lo ideal es empezar con poco e ir viendo los resultados antes de echar más semillas. En cualquier caso, usar la chía es muy fácil, así que no tenemos ninguna excusa ¡que no falte en casa!.
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