Los cereales ecológicos e integrales contienen fibra, vitaminas y numerosos minerales como el hierro, el zinc o el fósforo. Además, son ricos en hidratos de carbono complejos, con un menor índice glucémico que los simples. Asimismo, tienen una elevada cantidad de antioxidantes, por lo que ayudan a nuestro cuerpo a reaccionar ante cualquier enfermedad.
Aunque actualmente se encuentran en el mercado innumerables tipos de cereales, merece la pena que destaquemos los más populares y beneficiosos.
El trigo, la cebada, el arroz, el maíz, el centeno y la avena son algunos de los cereales más habituales en las dietas saludables actuales. A esta lista tenemos que sumar otras variedades que se han popularizado en los últimos años, como la espelta o la quinoa.
Un cereal sin refinar tiene mucha fibra, por lo que ayuda al tránsito intestinal. Además, controla el colesterol y el azúcar en sangre, y tiene un gran poder saciante. También protege la dentadura y el nivel de alcalinidad del organismo.
Las propiedades de los cereales integrales hacen que sean efectivos para la prevención de numerosas enfermedades cardíacas y, especialmente, del cáncer de colon. Igualmente, permiten prevenir la aparición de diabetes tipo 2.
Los cereales integrales como el centeno y la avena son adecuados para diabéticos por su bajo índice glucémico.
En caso de colesterol alto, el uso de cereales integrales en cualquier versión es bueno para conseguir las grasas saludables y la fibra necesarias para controlar el problema.
Si padecemos gastritis, estos cereales mejoran la digestión y evitan que el sistema digestivo tenga que sufrir.
Finalmente, los deportistas encuentran en el trigo sarraceno, el mijo y la avena los hidratos de carbono de absorción lenta que necesitan para mantener su energía.
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