La alcachofa ha sido siempre un alimento muy apreciado. Se sabe que los griegos y los romanos ya la consumían. En la Edad Media se creía que la alcachofa era afrodisiaca y era considerada, debido a su alto precio, una comida de ricos.
Tiene propiedades digestivas, nos fortalece bajando el colesterol alto y nos ayuda a combatir el exceso de los triglicéricos.
La alcachofa posee cualidades diuréticas, ayudando a la eliminación de líquidos del cuerpo.
Es ideal para controlar el apetito, ya que absorbe el agua del estómago y produce una sensación de saciedad que puede ser vital para seguir una dieta estricta.